Sentada en el viejo sofá, mirándote. Tú, en frente, en la mecedora con el catálogo de ikea ojeando mesas rojas y sillas naranjas. Cajas de mudanza por todas partes. Ni si quiera hemos desempaquetado la tele. Cojo el chocolate que he dejado sobre una de las cajas y lo sostengo entre las manos. El chocolate me produce añoranza. Tristeza de los que están y no los veo, y de los que se fueron y no los vi.
Y me quedo así, mirándote. Todo huele a nuevo, pero no me da miedo. No me da miedo lo que pueda pasar de ahora en adelante. Ya no.
No comments:
Post a Comment